Guiso de bacalao
Una receta típica para el periodo de cuaresma de la Semana Santa, pues sus ingredientes principales son patata y bacalao
Se reboza el bacalao en harina, se sofríe un poco y se reserva.
Se hace un sofrito con un buen chorreón de aceite de oliva, una cebolla grande, un ajo entero (sin pelar ni trocear), el pimiento y el tomate.
Cuando esté hecho, se añaden también las patatas, cortadas a tacos o en rodajas gordas, y se les dan unas vueltas para que se rehoguen con todo.
Una vez sofrito, se añade una cucharadita de pimentón dulce y se remueve bastante para que no se queme. La cantidad, al gusto, dependiendo del color que se desee, más rojizo o más clarito.
Inmediatamente, se cubre todo con agua, se añaden un par de hojas de laurel y el bacalao, y se pone a cocer a fuego vivo.
Cuando hierva un poco, probar y corregir de sal. Si queda soso, puede añadirse más sal o una pastilla de caldo de pescado.
Se baja a fuego medio y, una vez que la patata esté cocida, ya estará hecho nuestro guiso.
Si el bacalao está muy salado, es mejor ponerlo en remojo con agua la noche anterior, e ir cambiando el agua de vez en cuando.
También se puede cocer primero un poco y desechar ese agua porque estará muy salada.
Con el caldo que sobra, se puede hacer un delicioso arroz o sopa para el día siguiente. O bien congelarlo y tenerlo listo para una emergencia 🙂
Ingredientes
Instrucciones
Se reboza el bacalao en harina, se sofríe un poco y se reserva.
Se hace un sofrito con un buen chorreón de aceite de oliva, una cebolla grande, un ajo entero (sin pelar ni trocear), el pimiento y el tomate.
Cuando esté hecho, se añaden también las patatas, cortadas a tacos o en rodajas gordas, y se les dan unas vueltas para que se rehoguen con todo.
Una vez sofrito, se añade una cucharadita de pimentón dulce y se remueve bastante para que no se queme. La cantidad, al gusto, dependiendo del color que se desee, más rojizo o más clarito.
Inmediatamente, se cubre todo con agua, se añaden un par de hojas de laurel y el bacalao, y se pone a cocer a fuego vivo.
Cuando hierva un poco, probar y corregir de sal. Si queda soso, puede añadirse más sal o una pastilla de caldo de pescado.
Se baja a fuego medio y, una vez que la patata esté cocida, ya estará hecho nuestro guiso.
Si el bacalao está muy salado, es mejor ponerlo en remojo con agua la noche anterior, e ir cambiando el agua de vez en cuando.
También se puede cocer primero un poco y desechar ese agua porque estará muy salada.
Con el caldo que sobra, se puede hacer un delicioso arroz o sopa para el día siguiente. O bien congelarlo y tenerlo listo para una emergencia 🙂