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El jueves anterior al Miércoles de Ceniza se celebra una fiesta muy popular en la comarca de La Manchuela y en casi toda la provincia de Albacete: Jueveslardero, o Joveslardero, como se conoce en nuestro pueblo. Normalmente es un día no lectivo para los niños que van al colegio y un día en el que los padres intentan coger como festivo para poder disfrutar con la familia y los amigos en el campo.

Celebración de Jueveslardero

Por lo general, la gente se suelen reunir en grupos, como en San Isidro. Durante los años ha cambiado mucho el lugar de celebración, pues lo único que hace falta es un buen sitio donde haya vegetación.

En los años 50 se solía ir a la Fuensanta, según me cuenta mi madre, a finales de los 70 y principios de los 80 íbamos a la era que hay por el porche del Verduras y, poco después, se pasó al Monte de la Casilla de Segundo, que es mucho más grande.

Ese día era especial para los Quintos de ese año, pues era la primera ocasión, desde su entrada en Año Nuevo, en que podía hacer de las suyas y tenían rienda suelta para espantar a la gente con sus carretillas y «confiscar» la comida y bebida que pudieran, sobre todo a los más pequeños…

Cómo se prepara el cesto

Con el cambio de los tiempos se ha modernizado un poco esta escapada al campo y ahora todos van con coches cargados de mesas, sillas, neveras, cenadores y todas las modernidades, como si se tratara de una acampada al aire libre. Pero no hace mucho tiempo, íbamos caminando hasta el monte de la Casilla de Segundo con nuestro cesto, en el que llevábamos el tenedor y una navaja pequeña, nuestros panes en miniatura (hechos expresamente para la ocasión), la bota de goma (con lo difícil que era sacarle a aquello algo de dentro) y la merendera, en la que no faltaba la longaniza, la morcilla, el huevo frito o la tortilla francesa y unas tajás de la orza: de tocino, de costilla y de lomo. ¡Preparándonos para la cruda Cuaresma!

De postre llevábamos fruta y para la merienda, o para media mañana si se nos hacía largo el día, reservábamos un pequeño bizcocho hecho en una caja de cartón o en papeles de hornear, acompañado de chocolate si podía ser, y el protagonista indiscutible de la fiesta: el hornazo, con uno o dos huevos que estampábamos en cualquier sitio.

Otra cosa que recuerdo de mi infancia son las caretas. No sé si fue una moda temporal o no, pero para ese día todos los niños comprábamos caretas de cartón, imagino que por la proximidad del Carnaval…

De cualquier manera y con todos los cambios que haya habido, Jueveslardero es, sin duda, una de las fiestas más esperadas del año y una de las que más añoranza nos produce a los que estamos fuera del pueblo.

Más información

Si quieres conocer el origen de la celebración de Jueveslardero y otros datos, puedes consultar la información relacionada que aparece abajo.

Espero que disfrutéis al máximo de este día 😉

Eventos

Jueveslardero, o como se dice en Abengibre «Joveslardero», se celebra el jueves anterior al Miércoles de Ceniza. Un día que esperan impacientes grandes y pequeños, ¿sería por los hornazos…?

Su origen

Jueveslardero tiene un origen pagano. Se trata de la fiesta que prepara la llegada de la Cuaresma, la última oportunidad de comer carne antes comenzar las prohibiciones, tal y como su propio nombre indica: «Lardero», que precede a las carnestolendas, es decir, el Jueves que precede a los días de Carnaval. Además, la palabra procede de lardo, que significa «grasa, especialmente de cerdo».

La celebración de Jueveslardero en Abengibre

Jueveslardero es un día festivo en el que incluso no hay colegio y que todas las familias aprovechan para pasar en el campo, como si de una romería se tratara. Los chicos y chicas del pueblo, así como las familias y vecinos, se reúnen en pandillas para ir a comer al monte.

Preparando el ato de Jueveslardero

Con el cambio de los tiempos se ha modernizado un poco esta escapada al campo, pero no hace mucho tiempo, íbamos caminando hasta el monte de la Casilla de Segundo con nuestro cesto, en el que llevábamos el tenedor y una navaja pequeña, un hornazo (con uno o dos huevos que estampábamos en cualquier sitio), nuestros panes en miniatura (hechos expresamente para la ocasión), la bota de goma (con lo difícil que era sacarle a aquello algo de dentro) y la merendera, en la que no faltaba la longaniza, la morcilla, el huevo frito o la tortilla francesa y unas tajás de la orza: de tocino, de costilla y de lomo. ¡Preparándonos para la cruda Cuaresma!

Otra cosa que recuerdo son las caretas. No sé si fue una moda temporal o no, pero para ese día todos comprábamos caretas de cartón, imagino que por la proximidad del Carnaval…

El día de los Quintos

Este día no es sólo de los niños, también estaban y están los temidos Quintos, que te persiguen con las carretillas y a los que parece que no se les acaban las fuerzas.

Y para terminar, un paseo al Molar

Después de una larga mañana en el monte, la tarde se solía aprovechar para dar un paseo hasta El Molar viejo antes de volver a casa, esta vez ya con los padres, una vez que el sol empezaba a ponerse.

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Gastronomía típica:
Hornazos
Panecillos
Miércoles de Ceniza