«Antes de que los gallos anunciaran el día y de que en el cielo se vieran los primeros restregones carmesí, mucho antes de que despertaran los pájaros en los tejados, cuando en el pueblo todo era oscuridad y silencio, siempre había alguien que, a toques de caracola, despertaba al vecindario. Los padres y los hijos, incluso los renqueantes abuelos, se colgaban del brazo un cesto de esparto o una banasta de mimbre y salían presurosos de la casa…. Todo el pueblo: mujeres y hombres, grandes y pequeños, jóvenes y viejos, marchaban a recolectar la rosa del azafrán, aquel era «otro maná» que había que recoger antes de que calentara el sol…»
Así comienza el relato «El oro de los pobres», que Bautista Pérez González escribió en 1998 para el periódico La Tribuna de Albacete y que, cuatro años después, se publicó también en el libro de las fiestas. En él nos relata cómo el pueblo de Abengibre se preparaba para la recogida del azafrán, sus costumbres y tradiciones, y las entrañables historias que surgían alrededor de la monda del azafrán bajo las sayotas de las mesas camilla y sus braseros.
No dejéis de leerlo, merece la pena.