Entrevista a Paco López Cebrián y cómo las raíces abengibreñas se extienden en el tiempo
Aunque muchos de vosotros no lo conoceréis os sorprenderá, al leer la entrevista, lo mucho que Paco conoce de nuestro pueblo. Es un alma abengibreña que ha crecido entre Abengibre y Albacete, pues sus raíces por parte de madre son de nuestro pueblo y ha pasado gran parte de su infancia y juventud aquí por lo que parte de su corazón (por no decir su estómago) está aquí.
Os recomiendo que leáis la entrevista porque Paco tiene un gran sentido del humor y seguro que como mínimo os arrancará una sonrisa.
Cuéntanos algo sobre ti
- Mis lazos con Abengibre, provienen de los continuos y largos veranos que pasé durante la infancia y adolescencia en el pueblo; al principio venía con mis padres en Septiembre a las fiestas de San Miguel y cuando cumplí 7 u 8 años, como solía aprobar todas las asignaturas, mis padres me mandaban todos los veranos al pueblo con mis abuelos y mis tías, y años después al ser algo mayor a casa de Angelillo y María.
Para quienes no te conozcan, ¿tú de quién eres?
- Esta pregunta me la han venido haciendo continuamente desde que he estado viniendo a Abengibre, bien fuese por vacaciones o en las fiestas y contestaba siempre igual: soy hijo de Rosario de Jesús.
Háblanos de tu trabajo o a qué te dedicas
- Prácticamente siempre he trabajado en la Administración de Justicia. Comencé en el año 1.972, aprendiendo, en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Albacete y al aprobar la oposición de Auxiliar, en el año 1.976, fui destinado al Juzgado Comarcal de Villarrobledo, donde estuve casi tres años, obteniendo en el año 1.979 plaza de la misma categoría en el Juzgado de Distrito número 1 de Albacete. De nuevo regresé al Juzgado de Villarrobledo, cuando aprobé la oposición de Oficial, en el año 1.985, destinándoseme a la Magistratura de Trabajo núm. 1, también de Albacete, en el año 1.986. Tras pasar por la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, actualmente desempeño el cargo de Gestor Procesal Administrativo en la Secretaría de la Audiencia Provincial de Albacete, donde me ocupo, entre otros menesteres, de la Oficina de Atención al Ciudadano, del nombramiento de Jueces Sustitutos y también ostento el cargo de Secretario de la Comisión Provincial de Coordinación de la Policía Judicial de Albacete.
Naciste en Albacete y vives allí, pero has pasado muchas temporadas en el pueblo, además de tener raíces allí (tus abuelos, tus tíos, tu madre…), ¿te consideras albaceteño o abengibreño?
- Creo que hay muy poca diferencia entre una denominación o la otra. Cuando era pequeño sí que decía “me voy a mi pueblo” y la verdad es que estaba deseando que llegase el final del curso escolar para venir a Abengibre y juntarme, principalmente, con mis amigos Miguel de la Carioca y el desaparecido Angelete (de la María de Pique). Estábamos todo el día juntos. Íbamos a los picallos, a las balsas, a la Fuensanta y a otros lugares cerca del pueblo que ya no recuerdo como se llaman.
¿Qué piensas o qué sientes al ver la silueta del pueblo cuando vuelves de viaje?
- Siento nostalgia. Me da mucha alegría y recuerdo lo bien que lo pasaba con mis amigos. Cuando llegaba a Campoalbillo ya les empezaba a contar a mis hijos anécdotas de mi niñez y juventud. Cuando divisaba desde la carretera el pueblo les describía por donde discurría “la cañá”, les señalaba el lugar donde se halla la piedra encantada, el huerto de mi abuelo Jesús, el lavadero. En ocasiones me emocionaba. Ahora, por desgracia, llevo varios años sin venir. Una lástima, pero prometo que no tardaré en volver.
Cuando estás fuera del pueblo y nombras Abengibre, ¿qué es lo que dice la gente?
- «De Abengibre Dios nos libre» y siempre les contesto “sí pero de los que van”
Lo que más y lo que menos te gustaba del pueblo cuando eras pequeño
- Lo que más la libertad que existía y el poco miedo que se tenía. Estaba toda la tarde y parte de la noche fuera y cuando volvía me encontraba la puerta de la casa de mis abuelos abierta. No tenía necesidad de salir con la llave en el bolsillo. Lo que menos algún “magán” que intentaba pelearse porque venías de la “Capital”. De cualquier modo Abengibre me llenaba de tal manera que estaba deseando venir.
Lo que más y lo que menos te gusta del pueblo ahora
- Lo que más -y no solo ahora-, es que sigue siendo tan emprendedor como siempre lo ha sido. Lo que menos es que ya vengo muy poco. Por circunstancias personales desde hace años no me permiten venir ni siquiera a las fiestas de Septiembre.
Anécdota que recuerdas con cariño o nostalgia
- No ocurrió en Abengibre, sino en Albacete. Mi padre era de San Pedro y con mi madre tenía una pequeña “rivalidad” ya que al comparar ambos pueblos siempre salía perdiendo San Pedro. En una ocasión, mientras comíamos, para pincharle un poquito a mi madre, mi padre dijo que había oído por la radio que América no la descubrió Cristóbal Colón, sino unos hombres de Abengibre que iban vendiendo pieles. Recuerdo que estaba en segundo, con 6 ó 7 años y casualmente por la tarde o al día siguiente el maestro preguntó en clase como se llamaba el descubridor de América. Un alumno levantó la mano y dijo que había sido Colón y a continuación yo la levanté y el profesor me dijo “Díme Cebrián” y entonces seguro de mí dije “No fue Colón. Mi padre ha oído en la radio que fueron unos de Abengibre que iban vendiendo pieles”. Todos rieron menos yo. Después lo he contado muchas veces a mis hijos y amigos y siempre hemos reído todos. Ahora que lo escribo sonrío.
Una palabra abengibreña
- Emporcharse
Una expresión abengibreña
- Mi madre cuando era pequeño e iba despeinado o iba a salir de casa, siempre me decía “Paquito alífate esos pelos”.
Una comida abengibreña
- Más bien el almuerzo de las mañanas en el campo. Cuando iba con mi abuelo Jesús y mi tía Virtudes en el carro a arreglar los majuelos, mi abuela Antonia nos preparaba para almorzar los huevos fritos que habían quedado de la noche anterior y longanizas y morcillas. También las longanizas y morcillas que mi tía Ramona tenía en la despensa; siempre que llegaba a su casa, tras saludar a la familia, iba directo a probarlas.
Un dulce o postre abengibreño
- No soy muy aficionado a los dulces, pero recuerdo con inmensa nostalgia los hornazos que año tras años mi tía Ramona nos enviaba para mi hermana y para mí para Jueveslardero. Eran la envidia de todos mis amigos. Ellos llevaban lo que en Albacete se llama la “mona” y nosotros los hornazos de Abengibre.
Un juego popular (infantil o actual) que te guste
- Evidentemente de pequeño jugaba todo tipo de juegos, pero el que más me gustaba era “el escondite”.
Un olor especial del pueblo
- Más que un olor especial diría que un sonido especial. Cuando llegaba por Campoalbillo, me encantaba oír como discurría el agua por la acequia que va –o iba, porque creo que ahora está soterrada- desde el lavadero hacia la balsa que hay un poco antes de la bifurcación de la carretera, en la parte izquierda de la calzada, según salimos del pueblo. En muchas ocasiones me he parado y recordado mis vivencias de zagal, junto a Miguel de la Carioca y Angelete de María de Pique.
Una fiesta abengibreña
- Las fiestas de Septiembre en honor a San Miguel Arcángel.
Un/a abengibreño/a al que admires o recuerdes con cariño
- A muchos, pero sobre todo a mi abuelo Jesús y a su hijo, mi tío Juan. Eran prácticamente iguales. Serios, trabajadores y excelentes personas.
Un paraje o lugar de Abengibre o de sus alrededores
- La Fuensanta. Allí iba con los amigos a coger pájaros con liga.
Algún cuento o leyenda que recuerdes sobre Abengibre
- Juanico y Marijuica. Mi abuela Ana y mi madre nos contaron muchas veces a mi hermana y a mí el cuento.
¿Destacarías algo de nuestro patrimonio histórico-artístico?
- Claro que sí. Aunque no sea tan importante como, por ejemplo, los Platos, destacaré el lavadero viejo. Allí pasé, jugando con mis amigos, muy buenos ratos y fui con mi abuelo Jesús y mi tía Virtudes, tuyos también, en multitud de ocasiones, para dar de beber a las caballerías.
¿Conoces Abengibre.net? Cuéntanos lo que más y lo que menos te guste, lo que mejorarías y lo que echas en falta
- Sí que conozco Abengibre.net. De vez en cuando visito la página para estar al día de lo acontecido en Abengibre, ya que llevo bastante tiempo sin ir por el pueblo. La verdad es que considero que es una página accesible, con grandes detalles y debo resaltar la labor que mi prima Rosica realiza en informar e impulsar a Abengibre, para que no queden en olvido costumbres, hechos históricos y las raíces que todos portamos. Es de mencionar también que es una vergüenza que el Ayuntamiento, por motivos que desconozco, no haya adquirido esta página.
Un recuerdo que tengas relacionado conmigo
- Muchísimos porque somos primos y nos hemos juntado en multitud de ocasiones. Pero recuerdo cuando fui a un curso a Ciudad Real y salimos una noche al cine y a tomar una copa con tu marido José Antonio y una amiga y os conté lo que me pasó en un pub de Albacete, cuando me “indispuse”. Reímos muchísimo.
¿Quién te gustaría que leyera esta entrevista?
- Por supuesto que mis hijos y mi hermana Ana y quien no podrá hacerlo, por desgracia, es mi madre. También me gustaría que la leyeran alguno de los amigos o conocidos que tuve en mi infancia, pues será una forma de, aunque no sea un contacto directo, sí el recordarnos.
¿Algo que te gustaría añadir?
- Como todos los que hemos colaborado, felicitarte por el trabajo que realizas en pro de Abengibre y que no es reconocido, en su justa medida, por parte de las Autoridades locales. Una lástima por no decir una vergüenza.
Muchas gracias, primo, por contestar a esta entrevista y por tus palabras, son todo un impulso a mi trabajo y,como siempre, me he reído mucho contigo. Un placer contar contigo prenda…